agosto 26, 2007

PETRONA MARTINEZ (COLOMBIA,1939)


Entre tambores, guacharacas, totumas, gaitas, millos, cañas, maracas, pilones y la inconfundible mecedora estaba Petrona Martínez, la bullerenguera mayor, ataviada con su amplia pollera y sin zapatos. En su rostro moreno una franca sonrisa anunciaba, una y otra vez, las mismas respuestas: – Acabamos de llegar de una gira muy exitosa por Europa, –Sí, la nominación al Grammy Latino fue un gran honor para mí, –Estoy en la “nevera” para poné a gozá a los bogotanos...
.................................................................por Nelly Valbuena B.


El 24 de diciembre de 1984, a sus 45 años de edad, Petrona Martínez “se destapó” a cantar públicamente en una fiesta que organizó José Carrascal para entregarles regalos a los niños de Malagana. Interpretó “Palogrande”:


Cuando vine a Palenquito
yo vi la vida en un hoyo
me dediquécon mis hijos
a sacá arena del arroyo

un bullerengue que cantaba su abuela y que grabó Irene Martínez. Allí, y como parte de la magia, nació “Tambores de Malagana”, su primer grupo. En 1989 grabó “El folclor vive".
Más tarde Ocora, líder francés de World Music le grabó “Le bullerengue”. Hoy no se cansa de repetir que está muy sorprendida de la acogida que sus composiciones, música y danza tienen entre las gentes del mundo. Su más reciente disco “La vida vale la pena”, la llevó, en 1999 y a sus 62 años, a convertirse en la cantante revelación de Colombia. En el mundo musical la reconocen como la máxima representante del folclor puro.
Hija del bullerengue

El grito de Petrona Martínez al comenzar cada una de sus presentaciones, las letras de sus canciones, el ritmo de su cuerpo: suave, cadencioso, alegre y la energía desbordante que exhibe en el escenario están presentes a la hora de recordar que aprendió a cantar oyendo a su abuela Orfelina Martínez, por eso cuando canta sus ancestros, negros, mulatos y mestizos se apoderan de ella, están en el ambiente, en las composiciones y en los sonidos de las gaitas y los tambores.“Mi infancia fue de gente pobre pero muy linda porque me dieron lo mejor, porque en mi corazón inyectaron el bicho de la música y para mí es una gran alegría y una enseñanza muy bonita. No tuve un colegio, pero con lo que aprendí de mi familia me basta y me sobra para terminar los últimos días de mi vida”.

*El Bullerengue

La cumbia es una de las expresiones musicales más representativas de Colombia. En ella se vislumbran el particular mestizaje de tres mundos que subyacen en la constitución de la música popular latinoamericana: la presencia africana reflejada en los tambores, la impronta indígena en las gaitas y las cañas de millo. A estos se suman influencias hispánicas tanto en la métrica de los versos como en la vestimenta utilizada para la danza. La cumbia a su vez ha dado lugar a distintas variantes o aires conocidos como: porro, puya, bullerengue y fandango.El bullerengue es un canto tradicional de la costa atlántica colombiana, que tiene sus raíces en los lamentos de fecundidad africanos que llegaron a América con los esclavos. Es quizás uno de los bailes en los cuales se destaca con mayor fuerza la ascendencia africana. Ésta se pone en evidencia en los tambores, el palmoteo y el canto coral que acompaña su ejecución. Las cantadoras son mujeres mayores que desde niñas y gracias a la transmisión oral, aprenden y recopilan las tradiciones, las vivencias, los secretos y los cantos que interpretan. Los pueblos del Caribe colombiano reconocen a las cantadoras como las mujeres que poseen la sabiduría y la historia, no sólo de los cantos sino también los secretos de la medicina natural y los rezos curativos.

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA, nota editada por El club del disco quien editara por primera vez en la Argentina “Bonito que canta”, el disco más significativo de su carrera, primicia exclusiva para los socios del Club.

1 comentario:

Anónimo dijo...

petrona martimnez es una mujer que hace que la musica afro colombiana sea una de las mejores en el mundo . yo soy una mujer que me facina la musica y ella es una mujer ala que me le quito el sombrero.