febrero 12, 2007

Laura Albarracín, entre los aires urbanos y los folklóricos

Laura Albarracín es una de las grandes voces del género. Para algunos, la mejor entre las cantoras de la nueva generación. Dotada de una expresividad que le permite abordar con soltura tanto una zamba carpera como un tango, un bolero o una chacarera, en este nuevo trabajo la cantante deja claro el eclecticismo genérico del que está formada.
Para su tercer disco, Laura Albarracín eligió un material que tiene la verticalidad de Jorge Fandermole, como síntesis de un sonido entre los aires urbanos y los folklóricos, con los que la cantante se identifica. Pero sobre todo un canto con fundamento desde la poesía. Así canta desde su primer tema.

"Canto versos, porque cantar es mi mano alzada y fuerte; canto versos de furia y fe, que me ayudan a estar de pie... Canto, canto, no sé más qué hacer en esta tierra incendiada si no cantar."
En su concepción musical, el trabajo se nutre del amplio espacio que ofrece la canción popular. Es decir que conviven en su estilo la poética de Fandermole, Manzi, Tejada Gómez, Alicia Crest o Pablo Mema. Ese abanico de estilos letrísticos y musicales, bien acompañados desde la estética de los arreglos del guitarrista Roberto Calvo, da el marco para el lucimiento vocal de Albarracín. Para eso cuenta con un plantel musical de lujo, al que se sumaron como invitados los guitarristas Jorge Giuliano y Néstor Basurto y el exquisito pianista platense Tato Finocchi.
Su empatía con la obra de Fandermole puede recordar al fraseo de otra cantante como Silvina Garré, pero Albarracín sabe cómo dotar de intención cada canción y enriquecerla con sugestivos climas, como en la excelente versión de "Confesión del viento" (Juan Falú-Roberto Yacomuzzi), o más nervio, lo que se dice tierra, cuando el tema lo reclama, como en "Zamba del guitarrero", del Cuchi Leguizamón.
La cantora ofrece una gran variedad de matices, climas y sobre todo de repertorio cuando incluye el clásico "Fuimos", de Dames-Manzi, el bolero "Otra oportunidad", de Giuliano-Crest, o el vals "Padre adentro", de Calvo-Kijou. Esa diversidad de temas también evidencia su necesidad de no ser clasificada como una folklorista, sino como una intérprete de música popular argentina, inquieta y en el camino de apertura de una Mercedes Sosa. Tiene un muy buen gusto para elegir su repertorio, aunque todavía le falte ahondar mucho más en los nuevos autores.
Laura Albarracín podría ser definitivamente la voz ideal para hacer conocer todo ese nuevo cancionero que anda circulando. Y deja con ganas de más cuando interpreta al santiagueño Pablo Mema "Como abrojo de mi monte", al cordobés Mario Díaz y al poeta Albornoz Avila en "Aguacero del triste", o la tonada de Basurto "Tonada del patio aquel". Pero sin duda este trabajo parece ser el escalón para lanzarse definitivamente a ese destino de un canto nuevo y necesario.

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