Por Jorge García (El Amante.com)
Para quien esto escribe Lorena Astudillo es tal vez la mejor cantante dentro de cualquier género dentro de la música popular argentina. Su prodigiosa voz, el absoluto dominio de todos los registros, una incomparable afinación y la tremenda expresividad que trasmite en cada uno de sus interpretaciones provoca que aquella afirmación no parezca de ningún modo antojadiza. Sus cuatro discos anteriores son el testimonio incontrastable de sus dotes vocales y de sus insuperables cualidades como intérprete de la obra de los más diversos compositores (Lorena fue la primera cantora que le dedicó un disco completo al Cuchi Leguizamón). Pero hete aquí que en su quinto esfuerzo discográfico, Astudillo decide estrenarse como compositora y el resultado es que trece de las quince obras le pertenecen en letra y música. Que una consumada intérprete decida convertirse intempestivamente en cantautora propone correr un indudable riesgo. Hay que apresurarse a decir que Lorena sale airosa del desafío, mostrándose como una muy competente compositora. Por supuesto que para que los resultados finales alcancen el muy buen nivel que muestran son también decisivos, por una parte, sus dotes de vocalista y, por otra, la calidad de los músicos con que se rodeó, que participan en varios casos como invitados y el excelente nivel de los arreglos, en su mayoría de ese notable pianista todo terreno que es Pablo Fraguela. Músicos del talento de los tecladistas Eduardo Spimassi, Lilian Saba y Hugo Fattoruso, guitarristas como Osvaldo Burucuá, Jorge Giuliano y Rudy Flores, el percusionista Matías Furió, el violinista Ramiro Gallo, la cellista Claudia Sereni y el acordeonista Niní Flores son una garantía para los aspectos instrumentales de cualquier disco.
Pero señalábamos las condiciones de Lorena como compositora y si tengo que destacar mis highlights debo comenzar por la vidala Ollita de barro que da comienzo al disco y que muestra la mejor versión bagualera de Lorena, en un tema que está a la altura de las mejores obras del género. Otros momentos destacados: la chacarera La “sin nombre”, con un gran arreglo de Spinassi, la tierna Zamba para mis hermanos, el huayno La verdad y la canción Doña Clara, con excelentes arreglos de Fraguela, el candombe Libre de culpa y cargo y la bella canción De tanto esperar, con respectivos arreglos de Fattoruso y Saba.
Pero si me piden que señale el pico más alto del CD, este es la estremecedora versión de la Zamba del arribeño, de Juan Falú y Néstor Soria, donde la interpretación de Lorena, solo acompañada por el piano de Fraguela, roza lo sublime. Un esperado disco que muestra una nueva faceta, la de compositora, de una cantora excepcional.
Pero señalábamos las condiciones de Lorena como compositora y si tengo que destacar mis highlights debo comenzar por la vidala Ollita de barro que da comienzo al disco y que muestra la mejor versión bagualera de Lorena, en un tema que está a la altura de las mejores obras del género. Otros momentos destacados: la chacarera La “sin nombre”, con un gran arreglo de Spinassi, la tierna Zamba para mis hermanos, el huayno La verdad y la canción Doña Clara, con excelentes arreglos de Fraguela, el candombe Libre de culpa y cargo y la bella canción De tanto esperar, con respectivos arreglos de Fattoruso y Saba.
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