La trovadora, narradora y pedagoga cubana Teresita
Fernández, quien marcó la música para niños y jóvenes de varias generaciones en
la isla, murió ayer en La
Habana a los 83 años. En homenaje. repasamos brevemente su
vida, y compartimos parte de su obra.
Nacida en Santa Clara, el 20 de diciembre de 1930, Teresita
Fernández comenzó a cantar a los cuatro años de edad en la emisora de radio
villaclareña CMHI, en un programa que dirigía su madre, Amparo García. En 1948
se graduó de maestra en la
Escuela Normal de Santa Clara, en la que también trabajó. Yo
soy una maestra que canta es el título de su biografía, escrita por la
periodista Alicia Elizundia Ramírez.
En 1959 obtuvo en La Habana el título de doctora en Pedagogía. En la
capital decidió dedicarse a hacer música. En la década de los cincuenta entró
en la vida musical cubana de la mano del dúo de las Hermanas Martí. En los
sesenta, Bola de Nieve la invitó a sus presentaciones en el Restaurante
Monsigneur y Fernández tuvo espacio propio en salas como La Rampa y el pequeño club
Coctel, además de actuar en radio, televisión y otras salas-teatro.
En 1974 creó en el Parque Lenin, junto a otros artistas
cubanos, La peña de los juglares, en la que participaron poetas, narradores,
bailarines y músicos cubanos y extranjeros.
Recibió la
Distinción por la Cultura Nacional y la Distinción por la Educación Cubana ,
entre otros galardones concedidos por el Gobierno. Era considerada una de las
figuras más importantes del panorama de la canción infantil cubana de las
últimas décadas. Su obra tiene en Cuba la impronta que tuvo Francisco Gabilondo
Soler en México o María Elena Walsh en Argentina.