marzo 21, 2012

SOEMA MONTENEGRO :::: PASSIONARIA



Passionaria es el nombre del último disco de Soema Montenegro, producido por el multi-instrumentista Jorge Sottile, quien tuvo a su cargo la articulación musical de una obra plena en matices, texturas sonoras y vértigos vocales.

Soema Montenegro ha inaugurado una nueva escuela sonora entre las voces latinoamericanas con un lenguaje que incorpora novedosos recursos del idioma y de la música, desplegados a viva voz.

Trabajó como "vocal coach" y participó en "La caravana Mágica", el nuevo CD de Gustavo Cordera. Además, el videasta francés Vincent Moon publicó online un retrato documental sobre Soema: se trata de su Take Away Show número 100 con el que el director cierra una serie de filmaciones que había comenzado cuatro años atrás y en cuyo recorrido filmó, entre otros, a R.E.M, Arcade Fire, Camille y Lhasa. 

Soema Montenegro: voz, guitarra, cuatro venezolano y caja
Marcos Cifuentes: contrabajo
Jorge Sottile: bandoneón y percusión
Edu Herrera: guitarra 





SOEMA MONTENEGRO


Nació en Buenos Aires en 1978. En el 2001 integró Piel del Sur, agrupación dirigida por Daniel Bazán Lazarte. En el 2002 junto a Maisa, Pereira y Hari M. fundó el trío de improvisación vocal Adivina. Este grupo se convirtió en la base de trabajo de experimentación e investigación y el espacio dónde se formó como cantante e improvisadora durante cinco años en paralelo a sus estudios formales de composición en el conservatorio Ginastera.
En el año 2008, y ya como solista, editó su primer disco Uno Una Uno (Noseso Records). Actuó en distintos espacios tanto en Ciudad de Buenos Aires, en el interior de la provincia de Buenos Aires y en el resto del país.

Soema se presentó junto al mítico cantante uruguayo Fernando Cabrera en el marco del Ciclo Cosmódromo.
Durante el año 2010 hizo sus primeros shows internacionales presentándose en el Instituto Cervantes de Casablanca en Marruecos, en el Petit Bain en París y en la Cave Citadelle de Zurich.
En abril de 2011 participó del Festival Internacional de Folklore Buenos Aires (FIFBA) y más tarde, en junio, poco después de la edición en Estados Unidos de su disco Passionaria (Western Vinyl), fue seleccionada para participar de los showcases del MICA (Mercado de Industrias Culturales de Argentina).


marzo 08, 2012

Consuelo Velázquez(Ciudad Guzmán, 1916 - Ciudad de México, 2005) Compositora y pianista mexicana, autora entre otros títulos del célebre bolero Verdad amarga yBésame mucho.





Yo tengo que decirte la verdad
aunque me duela el alma
no quiero que despues me juzges mal
por pretender callarla
yo se que es imposible nuestro amor
por que el destino manda
y tu sabras un dia perdonar esta
verdad amarga....

te juro por los dos
que me cuesta la vida
que sangrara la herida por una eternidad
talvez mañana puedas comprender
que siempre fuy sincero
talves por alguien llegues a saber
que todab¡via te quiero

te juro por los dos
que me cuesta la vida
que sangrara la herida por una eternidad
talvez mañana puedas comprender
que siempre fuy sincero
talves por alguien llegues a saber
que todab¡via te quiero

Consuelo Velázquez nació en Ciudad Guzmán, en el estado mexicano de Jalisco, el 21 de agosto de 1916. A los cuatro años, su tío le regaló un pequeño piano del que arrancó con facilidad varias melodías que habían llamado su atención, entre ellas la del himno nacional. Su padre, un soldado con alma de poeta, aceptó que compatibilizara la escuela con el pentagrama y la inscribió en la academia de música Serratos, donde ofreció su primer recital a los seis años. Al comenzar la secundaria, ya sería pianista.


Consuelo Velázquez

La muerte del padre dejó a su madre a cargo de cinco hijas y aceleró la carrera de Consuelo. En pos de su maestro, Ramón Serratos, se trasladó a Ciudad de México, e intensificó sus estudios en el mejor conservatorio del momento, la escuela del palacio de Bellas Artes. Allí se licenció en 1938 como pianista concertista y maestra de música, con un concierto que fue aplaudido por los más reconocidos maestros de la época constituidos en jurado calificador.

Consuelo Velázquez fue invitada poco después a participar en el curso de perfeccionamiento de obras que impartía el famoso pianista Claudio Arrau, quien escribió elogiosos comentarios sobre su talento pianístico. Pero pocos sabían entonces que, desde años atrás, liberaba sus inquietudes componiendo tiernas canciones de amor. Porque le “salió del corazón”, escribió Bésame mucho a los diecinueve años, cuando, según diría después, “era muy formal y ni siquiera había besado a nadie, ni sabía lo que era un beso”.

La naciente emisora de radio XEQ, que habría de ser la más popular de México, la contrató para un programa de música clásica. Consuelo desgranaba media hora de melodías tras ser presentada por el locutor como “un prestigioso músico europeo” de complicado apellido polaco. Enamorado de la bella y joven pianista, el director de programación de la emisora, Mariano Rivera, le permitió ir introduciendo algunas de sus propias canciones, cuya autoría achacaba Consuelo a una amiga imaginaria, porque no estaba bien visto que una concertista cayera en la frivolidad del bolero, que entonces desataba el sentimiento popular entre Cuba y México.

No obstante, las cartas de los oyentes mostraron pronto que preferían escuchar las notas que revelaban las angustias del último beso o los desvelos del amado, que las piezas de Bach, Debussy, Saint-Saëns o Ravel que interpretaba la oculta pianista. Mariano Rivera le pidió entonces, “por una cuestión de derechos de autor”, que le revelara el nombre de la amiga talentosa. La compositora salió a la luz, en momentos en que multiplicaba sus canciones al calor de un enorme aparato de radio que le traía las noticias de la II Guerra Mundial. La estrella del momento, Emilio Tuero, grabó Bésame mucho en el año 1941.

Andy Russell la grabó tres años más tarde, cuando medio planeta se hallaba implicado en la guerra, y la canción se extendió como un himno por las emisoras y las bocas de todo el mundo. En medio de los desastres que provocaba la conflagración, tanto los norteamericanos como los europeos se rindieron enseguida ante las evocaciones pasionales de la que en adelante sería conocida como Consuelito Velázquez.

Compositora de talento

Bésame mucho permaneció tres meses en el primer lugar de las listas de éxitos en Estados Unidos. Su autora se convirtió de repente en una celebridad y pudo instalarse en el Olimpo de los compositores románticos, con sólo veinticinco años y cuando quién sabe si ya Mariano Rivera la había besado. Era la época en que la industria cinematográfica estadounidense se fijaba en mexicanas como María Félix o Dolores del Río para los papeles clásicos de mujer latina, por lo que su compañía discográfica invitó a viajar a Hollywood a la guapa y fotogénica compositora.

En Estados Unidos, su canción sonaba a todas horas y en todas partes. Todos querían verla a lo largo de Sunset Boulevard, y Esther Williams, Rita Hayworth, Orson Welles, Errol Flynn, Clark Gable y otros actores consagrados corrieron a fotografiarse con ella. Acompañada de su madre, Consuelo comió con Walt Disney, que interrumpió un rodaje para hacerle unas pruebas de las que salió airosa. Cuando el contrato ya estaba listo, la pianista le agradeció su atención, pero dijo que prefería volver a México y casarse.

Así se casó a los veintiocho años, tras seis de noviazgo, con Mariano Rivera. Tuvieron dos hijos, Mariano y Sergio. Su antiguo jefe de programación radial era a la sazón uno de los mejores directores artísticos de la industria discográfica mexicana y el promotor de compositores intérpretes como José Alfredo Jiménez, Pérez Prado, Los Tres Diamantes o Benny Moré. Su hijo Sergio recordaría que “en vez de ser el típico mexicano posesivo que no deja que la mujer se desarrolle y a pesar de ser de Sinaloa, es decir, norteño y macho”, su padre “la dejó hacer lo que quiso e incluso la admiró hasta la muerte”. Mariano Rivera falleció en 1977, a los sesenta y dos años de edad.

Mientras Consuelo Velázquez desechaba la opción cinematográfica en sucesivos viajes a Estados Unidos, Japón y España, su canción Bésame mucho sirvió para acompañar diversas películas de la época de oro del cine mexicano, igual que lo haría en el futuro con innumerables filmes, como A toda máquina en 1951 o Moscú no cree en lágrimas, que en 1980 obtuvo el Oscar a la mejor película extranjera.

El grupo germen de los Beatles -The Silver Beatles, con Lennon, McCartney y Harrison- interpretaba unos años antes los primeros versos del bolero en español. También pedirían ser besados como si fuera la última vez, hasta en más de veinte idiomas distintos, cantantes como Frank Sinatra, Ray Conniff, Nat King Cole, Diana Ross, Sara Montiel, Omara Portuondo, João Gilberto o Plácido Domingo.

Las mujeres fuertes .Liliana Vitale




Las mujeres fuertes
las mujeres llorando
las mujeres cerradas
los maridos cansados
los hombres sensibles
las mujeres trabajando
las mujeres llorando
los hombres imposibles
las puertas cerradas
los maridos durmiendo
todo tirado
todo tirado
¿por qué
siempre todo tirado?.

La casa ordenada
las mujeres solas
los chicos durmiendo
ya nada
quizá
ya nada
volverá a molestarte.

CON LETRA DE MUJER de latinoamérica: compositoras y poesía de mujeres.

Por canal 7 televisión pública hoy 8 de marzo a las 23 hs MUSICA › LEON GIECO, LIGIA PIRO Y POPI SPATOCCO


“Vamos a homenajear a las luchadoras”
Como celebración del Día Internacional de la Mujer, los cantantes interpretarán en Canal 7 temas de compositoras latinoamericanas junto a la Orquesta de la Radio Televisión Pública, dirigida por Spatocco. El especial se verá a las 23.

Por Karina Micheletto

Una nueva producción especial hace foco en el Día de la Mujer, con un homenaje a través de la música y las compositoras latinoamericanas. Latinoamérica, con letra de mujer es el nombre con el que Popi Spatocco, productor, arreglador y director del evento, pensó esta celebración con las voces de Ligia Piro y León Gieco y con la Orquesta de la Radio Televisión Pública de la Argentina. El concierto especial se emitirá hoy a las 23 por Canal 7 y será grabado unas horas antes, abierto al público y con entrada gratuita. Quienes deseen seguirlo en vivo podrán hacerlo a partir de las 19, en el estudio 1 de Canal 7 (Figueroa Alcorta 2977), retirando la entrada hasta media hora antes del inicio (la capacidad es limitada, por lo que se recomienda llegar con anticipación).

Un repertorio integrado por temas de compositoras latinoamericanas, arreglados para formación sinfónica, volverá a poner en diálogo la tradición de la orquesta con las formas de la música popular del continente. Una primera experiencia en este tipo de cruces se produjo el año pasado, cuando el homenaje fue a través de las cantoras, y Teresa Parodi, la uruguaya Ana Prada y la venezolana Cecilia Todd se presentaron con la orquesta. Este año, el foco está puesto en las compositoras, y así sonarán, con ropajes sinfónicos y en las voces de Piro y Gieco, Violeta Parra, Chabuca Granda, Carmen Guzmán, Consuelo Velázquez, María Elena Walsh, Teresa Parodi, entre otras.

Después del ensayo general, y convocados por Página/12, Piro, Gieco y Spatocco posan primero para las fotos como “resignados profesionales”, mientras se divierten repasando la letra de “Ojo con los Orozco” y su genial concatenación de letras “o”. Piro acaba de dar fin al ensayo con una versión conmovedora de “La canción y el poema”, aquellos versos de Idea Vilariño que Alfredo Zitarrosa volvió milonga. Ahora conversan sobre el tema que quedará finalmente como cierre del concierto: probablemente sea “El surco”, de Chabuca Granda. Gieco recuerda que será entonces un doble homenaje: además de celebrarse el Día Internacional de la Mujer, se cumple hoy un aniversario de la muerte de la peruana.

“El desafío es ver de qué manera esos temas interpelan a la orquesta –comienza explicando su tarea Spatocco–. Se tiende a pensar que la gran tradición académica de la orquesta sinfónica, sus técnicas de orquestación, vienen a embellecer a los temas populares. Yo traté de pensarlo al revés: de qué manera estos temas, que tienen ritmos y raigambre popular, con toda otra mecánica de trabajo, modulan a la orquesta; de qué manera la transforman.”

–Y como intérpretes, ¿cómo toman este desafío?

León Gieco: –Yo no tengo demasiada experiencia con orquesta, y la verdad es que es un lugar que siempre te mantiene preocupado. Porque el ritmo al que estamos acostumbrados los rockeros es siempre a tierra, ¡en cambio acá hay un director que marca en el aire!

Ligia Piro: –Es cierto, te tiene mucho más en vilo, y acá el ensayo es fundamental. Tardás más en poder llegar a ese momento en que relajás y podés cantar la canción sin sentir una presión. Estás siguiendo a la orquesta, la mirada del director... Yo a Popi lo miro todo el tiempo como diciéndole “¡Por favor, guiame, marcame!”

L. G.: –Popi, aprovecho a decírtelo: ¡No nos abandones! (risas)

Popi Spatocco: –Tanto para los intérpretes como para mí, que tomo el lugar de director que gentilmente me cede Marcelo Zurlo, es una buena adrenalina.

L. G.: –Es una adrenalina de nivel (risas).

–¿Y cómo trabajaron el ensamble de voces?

L. G.: –Cantar con Ligia también es una adrenalina de nivel, porque ella es una gran cantante, es una mina que canta como Mercedes Sosa, como la madre (Susana Rinaldi), son mujeres que cantan muy bien. Tienen un muy buen caudal de voz, y esa cosa relajada de la voz como tenía Spinetta. Yo soy más duro, más rockero, me cuesta más cantar. Así que venir a cantar con ella es subir el target.

L. P.: –Eso es exactamente lo que él transmite, aunque no se dé cuenta: una paz, una relajación, de quien dice “La tengo reclara, hace mil años que canto esto...” Y por ahí es la primera vez que lo está cantando. ¿Qué puedo decir de estar cantando al lado de un monstruo?

L. G.: –Lo que digo es que no puede todo. Spinetta era el que podía todo. El que podía tocar un rock and roll y podía cantar de la manera más delicada. Por eso, cuando estuvimos en la despedida, con Charly nos abrazamos y dijimos “Se nos fue el mejor de todos”. Se nos fue el tipo que se fue por un camino de mística, que era como el Piazzolla del rock.

–¿Y el director y productor musical, nota esa diferencia?

P. S.: –No creo que pase por ahí. Es cierto que hay voces más buenas que otras, pero lo importante de la voz es que sea la voz del alma. Que tu voz seas vos. En ese sentido, ellos son dos voces con ese plus. Los grandes cantantes son los que tienen algo más, más allá de cantar bien.

L. G.: –Hay algo que aprendí una vez que Mercedes me llevó a cantar a Australia. Cuando terminamos con “Sólo le pido a Dios”, vino una señora llorando, me abrazó y me preguntó con un traductor qué decía esa canción. Le conté que hablaba de la guerra, y entonces me dijo: Con razón me movilizó tanto, mi hijo murió en una guerra”. Entonces me di cuenta de que cuando dejás un tema grabado, dejás tu voz, la música, todo, pero hay una cosa mística, algo del alma, que tenés que dejar ahí también.

Para mujeres de armas tomar

Los tres se conocen ya por trabajos anteriores: Spatocco fue el productor y director artístico del último disco de Piro, Las flores buenas, un trabajo en el que, además, Gieco participó como invitado. Gieco y Spatocco, a su vez, se conocen desde los tiempos en que el pianista trabajaba con Mercedes Sosa, como músico, arreglador y director musical. “Trabajar con Mercedes era muy, muy difícil. Cuando apareció Popi, para mí ésa fue una tranquilidad”, asegura el cantautor.

–¿Por qué era difícil?

L. G.: –Porque ella no sabía explicarte bien lo que quería, ni hacía nunca un dúo, jamás. Ella cantaba su primera voz, inmensa, y se acabó. Yo tenía que ver el tono, ver qué hacía, arreglármelas. Cuando lo conocí a Popi con Mercedes, recién entonces sentí una tranquilidad de que iba a poder sonar bien al lado de ella.

–Tratándose de un homenaje a la mujer a través de la música popular, inevitablemente aparece la figura de Mercedes Sosa...

P. S.: –Por algo estamos hablando de ella...

L. G.: –Era una personalidad muy fuerte, también por eso era difícil trabajar con ella. Mercedes era de esas personas que tienen un aura muy fuerte, tan fuerte que se la ves; si hacés un poco de mambo, se la ves. Lo mismo pasa con Charly, a él también le ves el aura.

–¿Y cuál es el reconocimiento a las mujeres que les gustaría transmitir en esta fecha?

L. G.: –Yo hago un homenaje a las mujeres en mis shows, con varias canciones, entre ellas “La memoria”, dedicada a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Y siempre aprovecho a decir que recordamos a las mujeres el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y que el 25 de noviembre es el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. Digo que cualquier mujer que sea violentada debe denunciar a esa mierda de persona que actúa como un torturador. Me parece importante tirar ese mensaje cada vez que puedo. Trabajo mucho con los centros de mujeres, auspiciamos algunos como el de San Pedro de Jujuy. Eso surgió después de Tejerina. Allá algunas mujeres armaron una casa de resguardo para las chicas que son violentadas, violadas, maltratadas.

L. P.: –Yo vengo de una familia de mujeres fuertes, pesadas, jefas de hogar. Lo que representan como minas luchadoras es lo que yo quiero homenajear. A mi bi-sabuela, que era lavandera y lavaba para las casas de la gente pudiente, le dejaban chicos para cuidar y a veces no los venían a buscar; así salieron mis tíos abuelos. Mi abuela, que nació cuando mi bisabuela tenía 16 años, estuvo muy presente en mi crianza. Mi tatarabuela, que era indígena, también es una figura importante para mí. Para mí es un homenaje desde el vamos a esas mujeres que me transmitieron mucha fuerza. Son minas de armas tomar, que le transmitieron esa garra a mi madre, a mi tía. Generacionalmente, creo que me toca la parte más liviana, es más fácil para mí. Pero me gusta sentirme parte de esa herencia.